~ NOMBRE ~

Una vez acogida la idea de Fundar el Colegio, se penso en el Nombre que debia llevar.

Rodolfo Palacio propuso que el Colegio llevara el nombre de Su Abuelo y fue asi, como acordamos el Nombre de: Colegio Juanito Iguaran. Esto, por el interes que El puso, junto con su Esposa: Dolores Laborde, en Educarlo y darle la Formacion del ejemplar Hogar que Ellos formaron; ademas, que para Ellos fue su Nieto preferido y viviendo en la misma Casa, como si fuera su propio Hijo. Y tambien, por ser un Hombre Ilustre y de Grandes Sacrificios por la Patria.

   Juan Manuel Iguaran Reither nacio en 1875, en la Ciudad de Riohacha (Guajira).
      Casado con Dna. Dolores Laborde, Padres de 8 Hijos y Abuelos de 43 Nietos.

"Juanito", como cariñosamente era llamado, fue: El Hombre Integro, de Genio Fuerte, muy Severo y Disciplinado, con un Corazon Generoso, amante de Servir al Projimo y
repartio parte de sus inmensas Riquezas entre los necesitados de la Region, por lo cual gozaba del Cariño y Aprecio de Todos los que le conocieron.

   Juanito Iguaran fue en su Epoca un Lider Politico, en el Partido Conservador del Magdalena, Departamento al que se encontraba anexada la Provincia de Padilla (Hoy,
Departamento de La Guajira). Su Importancia de Jefe Politico la demostro cuando con su Poder Electoral hizo Presidente de la Republica al General Rafael Reyes, con el ya
famoso e historico 'Registro de Padilla', que decidio dicha Eleccion.

Fue Gobernador del Departamento del Magdalena y Senador de la Republica, por la Circunscripcion Electoral y en Representacion del Partido Conservador. Fue General de la Republica, en la famosa 'Guerra de los Mil Dias'. Honor que alcanzo por Su Valor, Entereza de Caracter y Capacidad de Direccion.

Su Caracter afable y su desprendimiento Personal lo hizo tan popular, que se le llama 'General Juanito Iguaran', los mas lo llamaban simplemente 'Juanito Iguaran'; por ese motivo, acordamos el Nombre del Colegio: 'Juanito Iguaran', que hoy funciona en el Bario 'Bellavista-II Etapa', del Municipio de Malambo (Atlantico), con el Orgullo y la Satisfaccion de Rodolfo Eugenio Palacio Iguaran y Fanny E. Silva Perez.

Su lamentable Deceso, se produjo en la misma Ciudad que lo vio Nacer: Riohacha, el 29 de Julio de 1950. Fecha, que en su Memoria, recogemos para celebrar el Dia del Patrono del Colegio y coincide con el Dia de la Virgen de Santa Martha.

Por las anteriores Razones, ademas de las Personales que nos obligan, se adquirio: El
Compromis de aportar, por Rodolfo Palacio & Fanny Silva, todo Nuestro Entusiasmo y
Capacidades, para que el Colegio 'Juanito Iguaran'  y en Honor a tan Ilustre Hombre, sea: Ejemplo para la Generacion que se forma en Nuestra Comunidad!

Como una demostracion, de reconocimiento de las austeras Virtudes y de la Recia Personalidad del Gral. Juan Manuel Iguaran Reither,el ex Gobernador del Magdalena
Antonio Escobar Camargo, dicto el Decreto de Honores N 532 del 31 de Julio de 1950,
a los dos dias de Fallecido el General, con el cual se honra su Memoria, de:

                                    EMINENTE  CIUDADANO

En dicho Decreto, el Gobernador del Magdalena, reconoce ademas los invaluables Servicios que le presto a la Republica de Colombia y resalta la Dignidad de los Cargos,
                                                                  de:

Representante a la Camara.                                                        Senador de la Republica. Presidente del Estado Soberano del Magdalena y luego Gobernador del Departamento
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Se encuentran puntos de vista que intentan manchar todavia hasta nuestros dias , sacando de contesto la historia y sucesos, por lo que lo pondremos en el Record y juzgue Usted quien y como se manipulan acontecimientos, generando opiniones encontradas e intenten confundir a las nuevas Generaciones, tales como:

Cien años del 'Registro de Padilla'
28 de Junio de 2005


Hace un siglo se produjo el primer gran fraude electoral, que llevó a Rafael Reyes a la presidencia. Oscar Alarcón recuerda este episodio de la picaresca política colombiana.








 
El general Rafael Reyes, a pesar de lo controvertido de su elección, fue para muchos el primer presidente moderno que tuvo el país.

El 2 de febrero se cumplen 100 años del 'Registro de Padilla', el primer fraude electoral de que se tenga noticia y que permitió la elección del general Rafael Reyes como presidente de Colombia. Es uno de los episodios más sobresalientes de la picaresca política nacional de comienzos del siglo pasado que borró en la historia la gestión desarrollada por el insigne estadista de Boyacá que pretendió emular al káiser alemán Guillermo II y al presidente mexicano Porfirio Díaz.

Entonces, la elección del presidente y del vicepresidente de la República era de segundo grado. Es decir, el pueblo no los elegía directamente sino que votaba para integrar un organismo encargado de escoger a los dos altos dignatarios. Con ese propósito, el 7 de diciembre de 1903, en todo el país se eligieron a esos compromisarios para que el 2 de febrero se reunieran en las capitales y escogieran al presidente y al vicepresidente para el período 1904-1908.

El 'cacique' electoral de la Guajira era Juanito Iguarán, quien desde su casona en la plaza de Riohacha daba el visto bueno a la más mínima decisión política de la región. El 2 de febrero, Iguarán invitó a los elegidos a su residencia para departir por varias horas, sin que faltara tortuga y whisky de contrabando. Todos estaban vestidos elegantemente, oliendo a agua de colonia Jean-Marie Farina. Después de algunas horas decidieron firmar en blanco el acta de elección de la provincia de Padilla, y darle a él, a Juanito, plenas facultades para llenarlo de acuerdo con lo que más conviniera a los intereses de la región.

Pocos días después, el 'cacique' viajó a Barranquilla y en el entierro de un comerciante se le acercó el marqués de Mier, y le preguntó sobre las elecciones en Padilla. "Traigo aquí -le dijo tocándose su saco de lino y con ese orgullo de 'cacique'-, el registro de mi circunscripción, firmando en blanco. Soy dueño de llenarlo como me convenga".

De Mier no tardó en darle la noticia a Diego de Castro, quien también iba en el entierro. Y los dos, con el gobernador José Francisco Insignares, todos amigos de la candidatura del general Reyes, no se le desprendieron a Iguarán, y al día siguiente el registro estaba lleno en favor del aspirante de Boyacá. Gracias a eso, el resultado de la votación fue el siguiente: 994 votos por el general Reyes; 982 por Joaquín F. Vélez y 1.709 por el general Ramón González Valencia, como vicepresidente.

Ironías de la vida, en ese entierro no hubo sufragios para el fallecido sino votos para el general Reyes.

Pero el fraude no sólo consistió en que Juanito lo llenó a su gusto y a favor de Reyes, como se lo pidieron los compañeros del entierro, sino que puso muchos votos más de los que podía emitir la provincia de Padilla. Esta la integraban los municipios de Padilla, Riohacha, Barrancas, Fonseca, San Juan del Cesar y Villanueva, y dos municipios de la provincia de Valledupar, y Espíritu Santo, para un total de 8. Según la ley tenía derecho a 22 electores y el coronel Iguarán -después llegaría a general- le puso 45 electores.

Si al general Reyes le hubieran quitado los votos de los 23 electores que Juanito le puso de más, sólo habría llegado a 971, es decir 11 menos que los 982 que tuvo Vélez. Esto quería decir que el presidente no habría sido Reyes sino Vélez. (Aquí no se infló el censo electoral sino los electores).

Además, los partidarios de Vélez alegaron que los elegidos de la provincia de Padilla no habían tenido ninguna reunión porque lo que habían hecho fue estar departiendo en la casa del coronel Iguarán. Como se diría ahora, se quedaron 'mamando ron' y comiendo tortuga.

El debate sobre el registro de Padilla dio lugar a una investigación a cargo de los jueces de escrutinio, que tenían la facultad de decidir "las cuestiones que susciten la validez o nulidad de las actas, de las elecciones mismas o de determinados votos". Se envió una comisión a Riohacha, presidida por Felipe Angulo. Una vez en el hotel, Iguarán hizo que unos amigos suyos -muy hábiles en el manejo de las armas, sobre todo por guajiros- dispararan por la noche y apagaran las linternas con que se alumbraban porque en esa época aún no había llegado la luz eléctrica por esas tierras.

Al día siguiente, los investigadores, llenos de pánico, dieron por concluida la misión, pero los amigos de Vélez siguieron en su batalla hasta junio, cuando el Consejo Electoral, con la firma de su presidente Manuel V. Umaña, produjo un acto en que declara electo a Reyes porque "no está probado que la Asamblea Electoral de Padilla no se reuniera el 2 de febrero en Riohacha, y que por consiguiente desde el acta citada no es nula". Nada se dijo sobre los 23 electores de más que puso el coronel Iguarán.

El fraude se hizo a espaldas del general Reyes, que por esos días se encontraba en Italia, en donde fue recibido por su Santidad Pío X, que le obsequió un retrato -el 8 de marzo de 1904- con una dedicatoria en donde expresaba su deseo de que su gobierno trabajara por la paz, la libertad y la consolidación de la fe católica en la República.

Vélez jamás aceptó su derrota. Era cartagenero, conservador del sector de los 'nacionalistas', anteriores amigos de Núñez, mientras que Reyes, también conservador, era de los 'históricos'. Vélez era un hombre de carácter que no aceptaba acto ni actitud que contraviniera las leyes ni las buenas costumbres, a tal punto de que en 1887, al llegar de Roma después de suscrito el Concordato y a pesar de que su hijo agonizaba, consideró su deber, como diplomático, rendir primero su informe al presidente Núñez antes que ir a su hogar. Cuando llegó a su casa, ya su hijo había fallecido.

En otra ocasión, también de regreso de Europa, hizo reducir a prisión a una encopetada pareja que se atrevió a insinuarle que con su pasaporte diplomático les permitiera introducir un contrabando. Llegó al extremo, durante la guerra de Los Mil Días, de mantener por meses preso a su propio yerno, don Nicolás Emiliani, en la casa por cárcel.

Como siempre puso en duda la elección de Reyes, no quiso Vélez darle posesión, a pesar de que era presidente del Senado. Por eso debió hacerlo José Vicente Concha como presidente de la Cámara. Luego de su discurso de posesión, en donde anunció un sinnúmero de proyectos, un grupo de congresistas fue a donde Miguel Antonio Caro a comentarle que Reyes estaba medio loco, a lo cual respondió el gramático: "¡Entonces ha mejorado!"

Reyes, quien prometió hacer "menos política y más administración", se encontró con un Congreso adverso, al punto que las Cámaras eligieron designado a Joaquín F. Vélez, en esa época en que coexistía con la vicepresidencia. Terminó Reyes cerrando el Congreso y de enemigo de Juanito Iguarán tanto que cuando dejó la Presidencia y se fue del país, el guajiro comentó a sus amigos de Riohacha: "Me baño en agua de rosas".
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El brujo de Padilla
Articulo: 'El poder brujo en la política', por: Fernando Araújo Vélez. Seccion Judiciales-El Espectador







Septiembre 20, 2006
¿Deportes, Cultura, Farandula o Historia?

Para comienzos del Siglo XX las elecciones presidenciales en Colombia eran indirectas. Quienes tenían acceso al sufragio elegían unos representantes y ellos eran los que a la postre definían. Por aquellos tiempos vivía en La Guajira un hombre a quien todos conocían como Juanito Iguarán. El era la ley, y su ley en aquellos años iba de la mano con las ideas y la practicidad de Rafael Reyes. Iguarán era cacique, sacerdote, empresario, comerciante y brujo, según le conviniera. Sus largas barbas negras, su sotana de cura, y el crucifijo plateado que sólo retiraba de su pecho cuando iba de mujeres, inspiraban temor. Conocía al detalle los movimientos y rutas del bajo mundo y los utilizaba a su antojo. Tenía el poder y el dinero, pero aún quería más. Deseaba la historia. Por eso firmó el “Acta de Padilla” en blanco, luego de conocer los resultados de lo conteos, y esa firma le entregó la Presidencia de la República a Rafael Reyes en 1904, con unos cuantos votos de ventaja, los del acta, sobre su contendiente Joaquín F. Vélez.

Por los años de la muerte de Iguarán, 1916, nacía en Argentina un hombre al que calificarían con el tiempo de nefasto, por su influencia sobre Juan Domingo Perón y su esposa, María Estella Martínez. Se llamaba José López Rega. Quería ser cantante o futbolista, pero terminó como policía.
Nota: Mas comentarios sobre estas alegaciones y otras, pueden verse en el Link-Enlace a dicho Foro.
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Tambien, los que viven con el resentimiento a flor de piel y que demas, hay otros que se los alimentan como 'limon, en la herida'. Vea un clasico Ejemplo:
100 años «en la tierra del olvido»
Por: OLGA EMILIANI H.
(Extractos, Editorial: Barranquilla, Martes 21 de Junio de 2005)
Un tris de historia: el General De Castro es el culpable de que yo hoy no sea biznieta de Presidente de la República, pues fue él, según dice la historia de Colombia y además, mi inolvidable amigo Diego de la Peña de Castro, se regodeaba en contarmelo, quien contribuyó al ‘chocorazo’ de Padilla, que llevó a Reyes y no a Vélez a la Presidencia. Como alma noble, ajena a rencores, con el temperamento morigerado por la cercanía de la parca, voto porque «mi» General se quede ahí. Su estatua se ve «full-chévere», como dicen mis sobrinietos y se encuentra en el sitio preciso. Y no como Gaviria, en el lugar equivocado. ¿No creen ustedes, como yo y dado lo que reflejan las encuestas, que ha debido quedarse tranquilito en Nueva York como marchante de arte? Porque hasta ahora por acá… com si, com sá y más ‘sa’ que ‘sí’. (¿Vous parlais francés?) ¡Adieu!
¡¡¡UUUUUUUF!!!! ¡QUEEE CAAAALOOOR!!!!
(purgatorio por anticipado)
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"A partir de 1886, disminuyó un poco la manipulación electoral, ya que los conservadores, actuando bajo lema propio o en asocio con liberales nuñistas en otro partido llamado nacional, no tenían necesidad de tantos trucos para ganar. Así y todo, no resultaron satisfechos con los puestos que les garantizaban sus mayorías naturales y sometieron al liberalismo a una exclusión del poder aun más extrema que la que habían sufrido ellos durante la etapa anterior: hasta finales de siglo, sólo dos liberales pudieron llegar al Congreso Nacional (Rafael Uribe Uribe y Luis A. Robles). Tampoco faltaron trampas de los conservadores entre sí, exactamente como antes entre los liberales. La maniobra más escandalosa fue la del cacique electoral de Guajira, en la elección presidencial de 1904, quien hizo que los miembros de la asamblea electoral de su distrito firmaran boletas en blanco para poder negociarlas después a favor del mejor postor. Al final, él puso el nombre de Rafael Reyes, quien obtuvo de esta manera el estrecho margen de su victoria. Se trata, por supuesto, de otro fraude benéfico y aun democrático, ya que Reyes realmente era el candidato más popular".
EDICIÓN 50 - FEBRERO 1994
LAS ELECCIONES EN COLOMBIA: SIGLO XIX,
Para bien o para mal, han sido una característica nacional
Por: David Bushnell
Tomado de: Revista Credencial Historia.
(Bogotá - Colombia). Edición 50
Febrero de 1994
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"Los árboles de “la dictadura” han ocultado el bosque frondoso de progreso y de paz que hubo en la administración Reyes.
Rafael Reyes ganó de cuerpo ausente las elecciones presidenciales. Cuando su candidatura, como conservador, fue proclamada por el Partido Liberal, Reyes se encontraba en París, donde desempeñaba el cargo de Ministro Plenipotenciario de Colombia en Francia. El Partido Conservador no apoyó la candidatura del general Reyes y prefirió lanzar la del general Joaquín F. Vélez. Los liberales uribistas, y algunas personalidades conservadoras a título propio, entraron de lleno en la campaña a favor del general Reyes. Los liberales antiuribistas no se opusieron a Reyes, pero se mantuvieron pasivos. Reyes barrió en Bogotá, mientras que en el resto del país la competencia con el general Vélez fue reñida, y el largo escrutinio hecho por las Asambleas Electorales entre enero y abril de 1904, en el que los dos candidatos iban cabeza a cabeza, acabó por dividir y exasperar al conservatismo.

Puesta la decisión en manos del Gran jurado Electoral, se reiteró por el Directorio Liberal, el 28 de mayo, el respaldo indeclinable a la candidatura del general Rafael Reyes. El 4 de julio, el Gran Jurado Electoral proclamó a Rafael Reyes como presidente electo de Colombia para el sexenio de 1904-1910, sin que faltaran las protestas de los conservadores velistas contra un supuesto fraude, ni dejaran de sostener los liberales que con Rafael Reyes se iniciaría en Colombia una nueva era que estaría marcada por la consolidación de la paz y avances colosales en el progreso material de la nación. Una de las primeras señales del talante de su Gobierno fue el nombramiento del general Euclides de Angulo como “lector de periódicos” con el propósito de rendirle al presidente cuenta diaria y detallada de las críticas que, hechas por la prensa nacional, sirvieran para corregir errores y mejorar de continuo la administración".
EDICION 175-JULIO DE 2004
EL QUINQUENIO DE LA MODERNIZACIÓN. Por: Enrique Santos Molano  
Tomado de: Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia).
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"El general Joaquín F. Vélez vivió muchos años en Roma como embajador de Rafael Núñez ante la Santa Sede. Su misión era interceder ante el Papa para que la Iglesia anulara el primer matrimonio del presidente con Dolores Gallego. Núñez necesitaba vía libre para casarse con Soledad Román, Vélez era su hombre en Italia. Allá aprendió los secretos de la lírica. Se enamoró. Antes de regresar se impuso la tarea de promover el bel canto en Colombia. Lo hizo en la medida en que las guerras y los tratados lo dejaron. Cuentan que cuando perdió las elecciones de 1904 con Rafael Reyes, el primer fraude electoral comprobado de la historia en Colombia, dijo, con una de sus pocas sonrisas, que de allí en más se dedicaría sólo a escuchar cantar".

La reina de la noche.
La voz más aguda de Colombia apenas tiene 21 años. Por: Fernando Araújo Vélez
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Candidatos Partidos Votos

Rafael Reyes Conservador 994

Marceliano Vélez Conservador 982
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Juan Pablo Llinas Cuentas

"Participa (el Gral. Diego A. De Castro) en la primera elección de Rafael Reyes al manipular a discreción el registro de Padilla. En esa provincia, lugar olvidado de caminos y telégrafos, todos obedecían ordenes caprichosas del General Juanito Iguarán quien en sus crecientes desconciertos tropieza, alguna vez, con la ineludible realidad. La gente votaba allí por candidatos de desconocido dictado impuesto desde lejos. En aquella coyuntura de disputa apretada entre Joaquín F. Vélez y Rafael Reyes nadie en las altas esferas de la República había recordado la necesidad de indicar al General, mediante el imposible telégrafo, el favor de voto de la provincia, razón por el cual toma la decisión de recibir en blanco las actas electorales para llenarlas, más tarde, a buena conveniencia. Con tal encargo se presenta en Barranquilla y cuenta su misión al Marqués de Mier. Este no tarda en llevar la noticia al General Diego De Castro mientras camina junto a José Francisco Insignares en el cortejo fúnebre de un conocido comerciante. De Mier, De Castro e Insignares, decididos partidarios de Reyes, rodean a Iguarán para impedir que alguien distinto a ellos lo aborde. Sabían cuán veleidoso era el General y cuán imprevisible sus determinaciones políticas.

Al día siguiente de las exequias el registro electoral de Padilla estuvo arreglado para favorecer la candidatura de Rafael Reyes. Aquel pliego electoral debía tener importancia definitiva. Gracias a él Reyes obtiene mayoría de sufragios, 994, con doce de ventaja sobre su rival, el Doctor Joaquín F. Vélez".

Fuente: ‘Historia General de Barranquilla. Personajes’. Volumen 2. Editorial Mejoras.
Publicación de la Academia de la Historia de Barranquilla-1995, Primera Edición. Páginas 45 a 47.
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REGISTRO_I.ppt
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REGISTRO_II.ppt
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REGISTRO_III.ppt
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Por las investigaciones, del Gran Consejo Electoral, sobre el
REGISTRO de PADILLA
y libre de conjeturas, a esto fue lo que llegó unánimemente la
Asamblea Departamental del Magdalena:
DECLARA:

Que no está legalmente probado que la Asamblea Electoral de Padilla no se reuniera el día dos de febrero del corriente año en la ciudad de Riohacha, y que por consiguiente desde ese punto de vista el acta citada no es nula.
       Señores Consejeros,
    MANUEL V. UMAÑA
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