Primera
Martínez Silva al justificar el golpe, sostiene que se intentó para obtener la paz. Marroquín no hizo nada para que esto sucediera. Al contrario, al comenzar su gobierno, rechazó las gestiones de sus ministros en tal sentido. Luego, apartó con desprecio las propuestas de paz. Le dio aliento a los hombres que ejercían la represalia cruel en su Gobierno.
Segunda
Las medidas para dar indulto, agudizaron las reacciones. El liberalismo solicitaba otro tratamiento. No era un juicio criminal lo que debía determinar la política del Gobierno.
Tercera
El tratado de paz de Neerlandia, permitió a miembros del gobierno para que pidieran el ajusticiamiento de los jefes de la guerra, en lugar de predicar soluciones para aclimatar la libertad y la terminación de los combates. No existía ese espíritu.
Cuarta
La llamada del ejército norteamericano cuando es vencido Carlos Albán y triunfa Benjamín Herrera en Aguadulce, es uno de los momentos de mayores signos de tragedia en la historia colombiana. Los resultados fueron la desmembración de la patria.
Quinta
Herrera acepta la paz para que no lleguen ejércitos norteamericanos y para que siempre reluzca su mandato espiritual y político: <La patria por encima de los partidos».
Sexta
La tiranía es una de las causas de la pérdida de Panamá.
Séptima
Las soluciones propuestas por Sanclemente para evitar una dictadura, son desoídas por Marroquín.
Octava
La manera como descuidó la tiranía las negociaciones sobre el Canal de Panamá llevó a que ese sitio de confluencia internacional y le neutralidad para todas las naciones, como lo predicó Colombia desde su comienzo, pasara a ser de dominio exclusivo de Estados Unidos.
Novena
Hay que hacer, en otra ocasión, un estudio para llegar a entender si la oposición de Caro y sus compañeros, contra el Tratado Herrán-Hay, fue o no una manera de expresar su repudio al golpe de Estado. Dejo planteado el tema de reflexión.
Décima
El manejo político que la dictadura dio al proceso consiguiente de Panamá, es aberrante por el desdén, por la falta de juicio político, por el desinterés por un pedazo de la patria, que nos colocaba en sitio prominente en la vida internacional. Es inexplicable que se acumulen tantos errores en una administración acerca del más esencial problema de la nación.
Undécima
La prolongación de la guerra después del golpe de Estado —a pesar de las varias propuestas de paz de Vargas Santos, Uribe Uribe, Herrera— produjo el envilecimiento del papel moneda que registró la suma de mil diez millones circulando sin respaldo metálico, al final de la tiranía. En 1902, lo cuenta Guillermo García Torres (273. Guillermo García Torres: Miguel Antonio Caro. Ediciones Guadarrama. Madrid, 1956.)el tipo de cambio había llegado a 18.900 por ciento, «habiéndose registrado operaciones al 20.000 por 100».
Duodécima
La falta de providencia en las medidas gubernamentales, la represión política y la crueldad, fueron signos permanentes. Expresión de los estertores de la Regeneración, que su signo, a través de sus años, fue la tiranía. En el Gobierno de Marroquín, que parecía haber arrancado con otros alientos, primaron los de la represión y volvió más explícito el repudio a más de media nación.
Décima tercera
El golpe del 31 de julio de Marroquín, agudizó los problemas. Nos puso en el camino de incrementar el odio entre los colombianos. No tuvo un sólo signo de benignidad.